no estaba preparada

No estaba preparada para volver al trabajo, a levantarme temprano, a no tener ganas de hablar con nadie y que suene el telefono exactamente al segundo que me desperté.
No estaba preparada para volver al estudio, a estudiar una materia asquerosa, aburrida una atrás de la otra, con cuarenta y dos mil grados de calor, y noventa y ocho por ciento de humedad, pero sin lluvia, el ventilador taladrándome el cerebro y volándome las hojas a la mierda.
No tuve internet por varios días y no lo extrañé, supongo que no estaba preparada para volver a entrar a esta especie de submundo en el que ya vive y entra más gente.
Pero aunque la programación de enero es malísima y dan ganas de no querer mirar nunca más televisión, ya que abundan los programas de verano las imágenes de mar del plata hasta el culo de gente, no estaba psicológica, psiquiatrica, física, y espiritualmente lista para otro programa de ese reverendo sorete de marley. no lo estaba.